lunes, 6 de junio de 2011

La vida entre la música.

La vida es un ruido...pero aún así la escuchamos.
Como quisiera hacer mi vida música y en vez de ruido sea una dulce melodía.
Quisiera escribir una y otra vez, desahogarme entre notas, palabras y versos...
No es la vida ruidosa que siempre quise pero es la que me toco.
He escuchado muchos sonidos pero menos el de la felicidad.
Algún día será algún  que alguien venga y entre sonidos
Me enseñe el de sonreír y el de ser feliz...
Entre letras me desahogo, no hace falta ser escritor para aprender a escribir,
Si no  tener el motivo de por qué hacerlo.
Lo único que duele al escribir son esas palabras que te hacen sufrir
Que aunque las redactes en una  hoja papel en blanco  no desaparecerá el dolor, la tristeza y las ganas de ser feliz...
En la felicidad siempre termino, en la felicidad siempre hay un punto y final y no un punto y seguido...
Vivo entre las letras y música y la canción que me es más difícil de componer es la vida...
Entre sueños y ilusiones estoy, aunque lo que vivo es la realidad.
Así  como sufrimos por amor y aún así buscarnos enamorarnos, pues así nos pasa con la vida
Nos golpea y aun así buscamos vivirla.
El pasado ni por que se escriba se borra, el pasado se borra con el presente y aun así es difícil por que siempre se opone...
Quisiera ser realidad en tantos sueños pero solo es una ilusión.
Escribiría mil y una página para desechar tanto dolor y sufrimiento pero nunca desaparecerá.
Aunque no siempre sentimos el dolor, la tristeza y el sufrimiento, ellas están ahí y nunca desaparecen.
Aunque pase la página no se borra lo escrito.
Aunque siempre ignoro los problemas pero no desaparecen, busco ser feliz y si no hay obstáculos y errores no hay nada que aprender...
Sabio no es el que lee, sabio es el que siente y escribe, sabio es el que sufre entre tanto dolor y las experiencias son los escritos.
No solo escribo cuando estoy triste, también escribo cuando estoy feliz solo que no son tantas hojas y siempre la punta de mi lápiz queda intacta.
Aun  así a la vida yo le sonrió esperando que algún día ella lo haga conmigo.
Nunca rechaces las oportunidades que te regala la vida no es una, son muchas, pero el tiempo no siempre es el mismo que se espera...
Sonríe y sácale una sonrisa a quienes no la tienen, tal vez ellos buscan lo mismo  solo que no encuentran las personas adecuadas,
 Las sonrisas que más valen son la que se le saca a la tristeza las demás forman parte de la rutina.
Lo más triste de recordar es que nunca se olvidan los malos recuerdos...
                                                                                         
                                                                               Smile...

"Redactada en una noche lluviosa el día 19 de mayo del año 2011"

viernes, 8 de abril de 2011

Algo para ti...

De todas maneras, no es que sea fácil olvidarte. Sobretodo porque las canciones en la radio siguen hablando de ti y de mí. Siempre lo han hecho, como recordarás, sólo que ahora tú y yo dejamos de estar en el coro para perdernos en las estrofas del final. 
Y créeme, han muerto muchas letras desde que decidí escribirte esto. Nacen una a una con rapidez y, sin pensarlo dos veces, las manos creadoras las destruyen. Estarás de acuerdo conmigo en que es mejor eso que arrugar decenas de hojas y lanzarlas todas sobre el hombro. Suerte que en esta época el desamor no contamina el ambiente.
Así que, aquí estoy, pensando en cómo terminar algo que aún no empieza. Esta es la única manera que conseguí para decir adiós, aunque nunca sepas de su existencia.
Mi almohada ya ni me presta atención, no sé qué se ha creído. Creo que está molesta desde que tiene compañera, pues toda mi vida había dormido con ella hasta que sentí la necesidad de llenar el espacio vacío en mi cama con más que amores de una noche. En todo caso, el algodón nunca me ha dado respuestas.
Me parece que es una bonita costumbre de las parejas enviarse mensajes o llamarse al despertar, si están lejos. O besarle los ojos cerrados al otro, si está cerca. Lo único malo es cuando sólo queda eso, la costumbre. Si lo vemos con detenimiento, el amor es un hábito al que muchos le temen, varios lo tienen y pocos lo quieren dejar. Tú, por ejemplo, ya no estás.
Creo que nunca te dije que era adicto a tu sonrisa, a tu voz, al olor de tu cabello, a tu largo cabello, al color de tu piel, a tus ojos, a tu acento, a tu estatura perfecta, a tus besos pausados, a tu sabor. A tu sentido del humor, tu inteligencia, tus arranques de celos, tus gustos, tus disgustos, tus logros, tus anhelos… A ver, sí, por supuesto que te lo dije.
Que te haya sacado de mi mundo no quiere decir que te guarde rencor, tampoco que no. El tamaño del rencor es directamente proporcional al alcance de la memoria. Mientras menos sepa yo de ti y tú de mí, mejor. Así ninguno actúa de manera estúpida para tratar de molestar al otro. Así desconozco si alguien más te hace feliz.
A veces hasta las mejores canciones son mal interpretadas. Algo así fue lo que nos pasó. Porque pasó, y ya nada puede hacerse al respecto. Probablemente nunca debimos dejar de ser mejores amigos para convertirnos en amantes. Probablemente nunca debiste aceptar cuando te pregunté si te podía besar.
Daniel Faraday insistía en que entre dos realidades alternas debía existir una constante. Alguien a quien atarse que estuviese en ambas líneas de tiempo. Alguien muy importante. La única excepción.
Sigo creyendo que tú eres mi constante.
Pero no prometo esperar o años para volver a escuchar tu voz.
So…